Un peatón. Una ancha pista. Autos circulando. Y en un segundo cruzan muchas ideas por su cabeza, la que le importaba ahora era el tiempo. Entonces avanza. No logró cruzar la pista completa, hay mucha sangre en ella. Murió en el intento. Una llamada, la mujer llora abrazando a sus dos pequeños hijos. Un segundo. Otra vida perdida.
Son muchos los casos que a diario se presentan de accidentes de tránsito, muchas sus causas también. De las que hoy resalto la imprudencia del peatón, ya que no todos manejamos un móvil, pero sí todos circulamos por las vías públicas y al hacerlo tomamos el nombre de "peatones" y como peatones por falta de conocimiento cometemos faltas graves pero son faltas que atentan contra nuestra vida misma, por instinto propio aun así no conozcamos las medidas de seguridad correctas debería el ser humano proteger su vida; pero la arriesga, llama a la muerte. No, la culpa ya no es del chofer, aquí somos nosotros y muchas veces se puede oír decir con mucho orgullo: “casi me atropellan pero yo fui más rápido", con una sonrisa infantil y triunfante entre dientes, debería darnos vergüenza.
Pongámonos a pensar,
reflexionemos, qué pasa si ese día ya no llegamos a casa, que en lugar de
perder unos minutos perdemos el resto de vida que nos restaba; es muy fácil
dejar de existir pero habrán otras personas que serán acusadas injustamente por
nuestra culpa y quizás terminen hasta en la cárcel. No seamos egoístas. Pensemos
en los demás, como en aquellos, los que nos esperaban.
Desarrollemos una cultura de prevención y también obedezcamos las leyes pues si no lo sabíamos existen normas para el peatón que no respeta las reglas de tránsito, que cruza intempestivamente la pista o por delante de un vehículo. Las multas llegan a ser hasta 108 nuevos soles.
Si somos personas actuemos como
tales entonces, si no hay señales de tránsito entonces midamos una distancia en
la que nuestra vida no sea vulnerable.
Un peatón. Una ancha y espaciosa pista autos acelerados circulando. Muchas ideas cruzan por su mente, se detiene en una: le prometió a su madre que sería un gran empresario. Aguarda unos minutos. El semáforo está en rojo. Cruza tranquilamente. Llega a la calzada y continúa su camino.
Interesante artículo, nos lleva a reflexionar y a darnos cuenta que con prudencia podemos llegar a nuestros destinos. Te felicito. Buen artículo.
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